Megan y Barry Coster crían alrededor de 700 terneros al año en Ripplebrook en West Gippsland, Australia, pero nunca habían visto una cría así de feliz. El ternero Holstein blanco y negro nació con una sonrisa en el vientre, se salvó del matadero y ahora tendrá una vida como «cortacésped» Lo apodaron «Happy» por sus marcas, que se asemejan a dos ojos, una nariz y una sonrisa.