Ileana Gala
Hablar de mi obra equivale a hablar de aquello que, habitualmente, no encuentra su lugar.
Cada pieza nace de la necesidad de ofrecer un refugio a realidades asfixiadas o vueltas
invisibles en la vida cotidiana, a las marginalidades y a todo aquello a lo que no se le concede
ningún espacio social.
Me interesa enmarcar lo que existe incluso sin permiso, por ejemplo la mujer en tanto
construcción social dentro de un sistema desigual, las poblaciones vulnerables en tránsito
migratorio, las personas que habitan las prisiones de las grandes ciudades y su
sobrepoblación invisibilizada, entre otras zonas de sombra social.

En esta línea aparece la figura del “hombre arlequín”, símbolo de una precariedad moldeada
por los medios que lo domestican y lo reducen a pensar a través de sistemas externos,
superficiales e inmediatos, en un mundo que exige respuestas urgentes frente a un consumo
excesivo.
También estudio de cerca los marcos que nos sostienen pero que también nos limitan, como
un esquema familiar, un trabajo, amistades o hábitos. Son marcos que nos contienen pero que
también nos retienen en creencias y miedos heredados que terminan condicionando nuestra
percepción del mundo y, en consecuencia, nuestras acciones.
En mi práctica artística elijo trabajar con materiales reciclados, porque es en su transformación
donde encuentro el centro de mi investigación. Recupero aquello que ha perdido su función y
le doy un nuevo sentido. Esta manera de trabajar refleja mis prácticas sustentables y define mi
enfoque artístico.

Finalmente, una pregunta esencial renace en cada obra. El cuerpo ocupa un lugar central en
mis elecciones, porque me permite devolver presencia a lo que nos rodea incluso sin recurrir a
su representación física. La dimensión emocional se vuelve un puente entre lo que se
materializa y lo que permanece ausente, y de ese tránsito nace un cuestionamiento visual.
Mi búsqueda es abrir un espacio para aquello que, habitualmente, no lo tiene y suscitar una
reflexión sobre lo que vemos y sobre lo que dejamos de ver cuando elegimos interpretar la
realidad.







