El ministro de Economía busca reducir la dependencia del financiamiento externo y moderar la emisión de deuda bajo ley extranjera. El pago de enero, el contexto internacional y el desarrollo del mercado local forman parte del plan.
El Gobierno puso como objetivo central para 2026 la baja sostenida del riesgo país y la recuperación del acceso al financiamiento internacional. En ese marco, las recientes declaraciones del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, sobre la necesidad de reducir la dependencia de Wall Street forman parte de una estrategia más amplia orientada a consolidar credibilidad y evitar señales de urgencia financiera.
El riesgo país medido por JP Morgan se acercó en dos oportunidades durante el año a la zona de los 550 puntos básicos —en enero y nuevamente en diciembre—, un piso que hasta ahora resultó difícil de perforar. Sin embargo, el equipo económico confía en que, con una combinación de disciplina fiscal, estabilidad política y un manejo prudente del endeudamiento, el indicador pueda retomar la baja.
Evolución del Índice de Riesgo País argentino desde que Javier Milei ganó las elecciones presidenciales en segunda vuelta (19-11-23)
A diferencia de su gestión durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando la Argentina recurrió de manera intensiva a la emisión de bonos en el exterior, Caputo apuesta ahora a una salida mucho más gradual y selectiva a los mercados internacionales. En aquel entonces, el acceso al crédito externo funcionó inicialmente como una señal de confianza, pero terminó agravando la vulnerabilidad financiera cuando el financiamiento se cerró en 2018 y derivó en una crisis cambiaria.
El nuevo enfoque busca evitar ese escenario. La eventual emisión de deuda bajo legislación extranjera será limitada y estará orientada exclusivamente a refinanciar vencimientos de 2026 y 2027, no a cubrir necesidades corrientes. “El objetivo es bajar la dependencia de Wall Street”, repitió el propio ministro, en línea con la idea de no mostrar apuro por endeudarse.
Para volver a financiarse en el exterior a tasas cercanas al 8% anual en dólares, la Argentina necesita perforar el umbral de los 500 puntos básicos de riesgo país. En el Palacio de Hacienda creen que evitar una sobreoferta de bonos es clave para no presionar a la baja los precios y al alza las tasas.
En ese sentido, Caputo subrayó que el Gobierno no necesita acudir al mercado internacional para afrontar el vencimiento del próximo 9 de enero, por unos USD 4.200 millones. El Tesoro ya reunió alrededor de USD 2.500 millones y completó parte del fondeo con una colocación de Bonar 29 en el mercado local, por USD 910 millones, además de compras de divisas en el mercado oficial.
El ministro también confirmó que existen propuestas de bancos internacionales por hasta USD 7.000 millones en financiamiento adicional, aunque aclaró que esa alternativa solo se utilizaría como última instancia.
Con una mirada de mediano plazo, la estrategia incluye el fortalecimiento del mercado de capitales local. Allí se inscribe la creación del Fondo de Asistencia Laboral previsto en la reforma laboral, que se financiará con tres puntos de aportes patronales hoy destinados a la Anses y funcionará como un mecanismo de fondeo institucional de largo plazo.
Además, el Gobierno apuesta a canalizar parte de los dólares que los argentinos mantienen fuera del sistema —tanto en cuentas bancarias como fuera de ellas— hacia la compra de títulos públicos, ampliando la base de financiamiento doméstico.
El contexto internacional también juega a favor. La Reserva Federal de Estados Unidos recortó las tasas por tercera vez en el año, lo que incrementa el atractivo de la deuda emergente. Ese escenario, combinado con el pago de enero y una mayor previsibilidad política, podría permitir que el riesgo país retome la baja y se acerque a los 400 puntos básicos durante el primer trimestre de 2026, un objetivo ambicioso pero no descartado en el equipo económico.
