Esta obra cuenta con la dirección de Javier Bonatti y los protagónicos de Alejandrina Echarte, Sofía Gerboni y Ana Municoy. Se podrá ver el viernes 18, el sábado 19, el viernes 25 y el sábado 26 de agosto, a las 21hs.
El sábado 12 de agosto se estrenó en el Centro Cultural y Social “El Birri” la obra teatral “Haganme acordar» (que día fue ayer)”, con las actuaciones de Alejandrina Echarte, Sofía Gerboni y Ana Municoy, la dirección de Javier Bonatti, la asistencia integral de Mariana Gerosa, el diseño de luces de Diego López y los artefactos lumínicos de Ariel Costanzo.
La obra extenderá su primera temporada en otras cuatro funciones que serán los fines de semana siguientes a su estreno: viernes 18, sábado 19, viernes 25 y sábado 26 de agosto. El comienzo es a las 21 horas, teniendo en cuenta que las puertas de El Birri abren a las 20 horas con su habitual servicio de buffet.
La entrada es libre y la salida a la gorra consciente y la capacidad es limitada.
Del proceso participaron también Eugenia Zorzutti (quien compartió ensayos hasta fines del pasado año y hoy es la voz de la madre en escena), y Fernanda Gonzálvez e Ignacio Estigarribia que colaboraron en la mirada y la confección del vestuario.
Sobre el origen del proceso creativo, les realizadores cuentan: “Nuestros cuerpos guardan nuestras historias. Esas historias, pequeñas y enredadas biografías de cada una de las actrices, recuerdos y vivencias propias, fueron conversando y armando bloques de sentidos y sensaciones. Estados, formulaciones teóricas y filosóficas, miedos en forma de rayos o de olvidos, deseos.”
“De esa conversación entre esos cuerpos con historias, surgió la palabra: hermanas. Y otras: mar, vínculo, guerra, encierro, abandono, maternidad. Y algunas más, cuando intentamos traducir las sensaciones de lo pasado por el cuerpo: hambre, ansiedad, vacío, frío, nostalgia, ternura, diversión, complicidad”, finalizaron sus hacedores.
Entonces… ¿qué pasa en escena?
Tres hermanas encerradas en un cuarto de una casa cerca del mar. Esperan a la madre, mientras siguen sus instrucciones. En esa espera, juegan y aprenden cosas. Y también resisten, soportan, sobreviven: alguien las quiere afuera de esa casa. María, la menor, trae recuerdos del mar con los que teje y cuenta historias que las ayudan a dormir. Alicia, la mayor, desarma artefactos para ver si consigue comprender el funcionamiento de las cosas. Es la encargada de que las instrucciones de mamá se cumplan. Josefina, la del medio, es la única de las tres que puede ver más allá. Más allá de ese cuarto, de esa casa. Más allá de esa playa y ese mar. Más allá del pasado confuso de María y del presente ordenador de Alicia. Hay un secreto profundo que cayó al mar en forma de anillo. Las tres están ahí para jugar en torno a él. No para develarlo, sí tal vez para encontrar la forma más amorosa de contarlo, antes de que a alguna se le ocurra abrir la puerta y salir.