Con solo chances remotas de ingresar al Reducido, el Sabalero apuesta a un cierre de torneo con todo para forzar el milagro. ¿Lo logrará?

Colón, después de 25 fechas, se encuentra 15° en la Zona B con 27 puntos, a 12 puntos del octavo puesto (el último que entrega un boleto al Reducido por el ascenso a la Liga Profesional) con solo nueve fechas por delante.
Con varias fechas por jugar, el equipo ocupa el último lugar para ingresar al mini campeonato que da acceso a un lugar en competencias internacionales. Enfrenta resultados favorables, pero también debe esperar tropiezos de otros equipos en la tabla, lo que convierte su objetivo en prácticamente una hazaña futbolística.
El panorama no es sencillo, necesita un triunfo clave en su próximo partido y que al menos dos rivales directos pierdan puntos en encuentros decisivos. Además, tiene a favor el diferencial de gol, pero también enfrenta la presión de tener un calendario exigente, con partidos de visitante ante equipos de mitad de tabla que vienen en alza.
Estadísticamente, el equipo santafesino solo tiene un 10% de probabilidades de pelear por un lugar en la máxima categoría del fútbol argentino. Las combinaciones posibles son limitadas, y la matemática no está de su lado.
Pese a eso, el cuerpo técnico y los jugadores mantienen vivos los ánimos con un enfoque claro: concentrarse en cada encuentro como si fuera una final, mejorar la solidez defensiva y buscar la eficacia en el ataque. El vestuario sabe que no puede depender de nadie más, y que debe sumar, aprovechar cada oportunidad y esperar que las otras mesas también sonrian.
Si bien las chances son mínimas, el mensaje es contundente, en el fútbol todo puede pasar. Lo vivido en anteriores temporadas demuestra que las proezas nacen de confiar en lo imposible.