Desde la Secretaría de Coordinación Productiva advirtieron que la iniciativa “perjudica al campo” y crea más incertidumbre en un sector clave para la economía.

El Gobierno nacional cuestionó con fuerza la iniciativa presentada por la diputada bonaerense Lucía Lorena Klug (Unión por la Patria), que busca crear un impuesto sobre las emisiones de metano del ganado. La propuesta, que apunta a gravar los flatos y eructos de las vacas a través de la “Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (TAMBA)”, fue calificada por el oficialismo como dañina para la producción y contraria a las metas económicas del país.
“Sería absurdo. Es pegarse un tiro en el pie”, afirmó el secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne. El funcionario sostuvo que el proyecto “va en sentido opuesto” a los esfuerzos del Gobierno por generar previsibilidad y reducir la carga tributaria. “Este tipo de impuestos solo crea incertidumbre y limita al productor para planificar su negocio. Es exactamente lo que queremos evitar”, señaló.
La iniciativa de Klug, cercana a Juan Grabois, generó rápido rechazo entre funcionarios y entidades del agro, que consideran que se trata de una medida inaplicable y perjudicial para la ganadería bonaerense, un sector clave en la generación de empleo y divisas.

Lavigne insistió en defender al sector agropecuario, al que definió como uno de los motores de la economía nacional: “Son los que te mueven la economía argentina en general. Hay que darles herramientas para producir más, no ponerles trabas”.
El proyecto comenzó a instalarse en la agenda legislativa provincial, pero su futuro es incierto en medio del rechazo del Gobierno nacional y la resistencia anticipada de los bloques opositores en la Legislatura bonaerense.







