Cerrando este 2025, nos tomamos un momento para mirar hacia atrás y pensar en esas palabras que, día tras día, fueron marcando la agenda, las charlas y las reflexiones de cada mañana. En este cierre, Guillermo Botta se animó a identificar el año con una sola palabra: violencia. Una violencia que atraviesa la realidad política, golpea a las instituciones y también a las personas, erosionando valores como la empatía y la solidaridad, que parecen cada vez más escasos. Vivimos en un mundo que se polariza, donde la crueldad se vuelve visible y cotidiana, muchas veces como parte de un sistema que fomenta el enfrentamiento y el aislamiento. Aun así, desde este espacio, el deseo sigue siendo otro: más diversidad, más aceptación y una verdadera apertura al encuentro con el otro, incluso —y sobre todo— cuando pensamos distinto.







