Con 76 años, Osvaldo Minighini fue reconocido por el Concejo Municipal por su compromiso y dedicación al frente de la Asociación “Honrar la Vida”, entidad que desde hace más de tres décadas impulsa la concientización sobre la donación de órganos y tejidos. Su trabajo solidario, su fe y su espíritu de servicio fueron destacados como ejemplo de vida.

En una emotiva ceremonia, el Concejo Municipal de Rafaela realizó un reconocimiento a Osvaldo Minighini, presidente de la Asociación “Honrar la Vida”, por su extensa trayectoria y compromiso en la promoción de la donación de órganos y tejidos. La distinción se llevó a cabo en el recinto legislativo local, donde familiares, amigos, autoridades y representantes de diversas instituciones acompañaron al homenajeado.
Durante el acto, los concejales destacaron su ejemplo de solidaridad, resiliencia y servicio al prójimo, valores que lo han convertido en una figura inspiradora dentro y fuera de la ciudad.
En sus palabras de agradecimiento, Minighini se mostró profundamente emocionado. “Trabajo en un lugar que me llena de satisfacción y orgullo. Soy muy creyente y creo que Dios, a pesar de haberme quitado, no me quitó: ella tuvo que ir para ser un ángel donante para todos esos trasplantados que hoy vinieron a acompañarme”, manifestó, haciendo referencia a su historia personal, origen de su compromiso con la causa.
El referente recordó la lucha por la Ley 26.928, que garantiza derechos esenciales a las personas trasplantadas, como el acceso gratuito a la medicación y otros beneficios. “Se trabajó mucho para que el paciente trasplantado deje de ser considerado discapacitado, porque al recibir un órgano, renace a una nueva vida”, explicó.
Asimismo, destacó la labor cotidiana que desarrolla junto a su equipo, acompañando a pacientes y gestionando recursos. “Tenemos el único hogar de tránsito de la provincia manejado por una ONG. Fue fruto del esfuerzo, de eventos, de luchas, de la ayuda del Municipio y de muchas manos solidarias”, relató con orgullo.
Minighini finalizó su discurso con un mensaje esperanzador: “Sean donantes de órganos, no tengan miedo. Cualquier duda, estamos nosotros. Yo no soy solo: hay un grupo grande detrás que trabaja día a día. Y cuando yo no esté, vendrá otro, porque ‘Honrar la Vida’ tiene que seguir por siempre. Más donantes, más trasplantes”.
El homenaje fue un reconocimiento a una trayectoria marcada por la empatía, la fe y la entrega, que continúa dejando huella en la comunidad rafaelina y en cientos de personas que encontraron en la donación de órganos una segunda oportunidad para vivir.







