Una niña fue atacada por el pitbull de su propia familia y sufrió heridas graves en el rostro y el cuerpo. Es el cuarto caso similar en el mes.

Una tarde que había comenzado como cualquier otra terminó en una emergencia por la crueldad de un animal que debía cuidar a su familia. En una vivienda ubicada en el kilómetro 18 de Monte Vera, una niña de apenas 4 años fue atacada por un pitbull que le pertenece. El episodio ocurrió alrededor de las 14:30 hs, mientras su madre estaba en la puerta de la casa y su hermano mayor jugaba cerca. De pronto, ella ingresó alertada por los gritos y encontró a su hija gravemente herida.
La menor presentaba lesiones serias en el rostro, el glúteo y una pierna, por lo que fue trasladada al centro médico local. Debido a la gravedad del caso, se la derivó con urgencia al Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia en Santa Fe, donde permanece en internación a la espera de una intervención quirúrgica.
Se trata del cuarto ataque grave de un pitbull en la región en lo que va de julio, lo que agravó el debate sobre la tenencia responsable de razas consideradas potencialmente peligrosas. El 19 de julio, una mujer residente en barrio Villa Oculta, debió ser atendida en el Hospital Iturraspe de la capital provincial tras ser atacada por un pitbull; El pasado 26 de junio, una nena de un año y medio debió ser internada con lesiones óseas y pulmonares, en tanto su abuela, que intentó defenderla del ataque de dos perros de la raza, sufrió mordeduras en la cara, el cráneo y en piernas y brazos; El pasado lunes se registró alrededor de las 19.30 en una vivienda del barrio Playa Norte, el ataque de un perro de la misma raza propiedad de un vecino, a una nena de un año.
Desde organismos de salud provincial señalan que aproximadamente el 7 % de las mordeduras registradas involucran perros como pitbulls, rottweilers o dogos, y resaltan la importancia de medidas como registro, bozal y correa obligatorios.
La comunidad de Monte Vera está conmocionada. Vecinos y familiares se organizan para apoyar a la pequeña y su familia, mientras exigen controles más firmes y campañas de concientización sobre convivencia con perros grandes. Este nuevo episodio vuelve a mostrar el alto costo humano que provocan los errores en la tenencia animal.