La Locomotora mejora lentamente tras 13 días ingresada en el Hospital Cullen a causa de haber sufrido un ACV iquémico. Su estado continúa estable y ya respira por sus propios medios durante más tiempo. Su familia no pierde la esperanza.

Alejandra “La Locomotora” Oliveras fue ingresada al Hospital «Dr. José María Cullen» el 14 de julio. Según había informado el equipo médico, la ex-boxeadora habría sufrido el ACV isquémico durante el sueño y, al despertar, ya presentaba el déficit motor en su lado izquierdo. Su llegada al hospital se produjo con ocho horas de evolución del evento, un retraso que la dejó fuera de la ventana de atención para tratamientos de emergencia menos invasivos y que derivó en un infarto cerebral profundo ya instalado. Los estudios confirmaron una obstrucción en la arteria carótida y una hipertensión no controlada, factores que podrían haber precipitado el episodio. Su cuadro fue abordado de inmediato con una cirugía descompresiva, una intervención para remover parte del cráneo y aliviar la presión sobre el cerebro inflamado. Desde entonces, su situación es crítica.
Sin embargo, su organismo comenzó a responder de forma paulatina. En las últimas horas se iniciaron las pruebas para reducir el uso del respirador, un paso clave en su recuperación. La ex-boxeadora, que fue sometida a una traqueotomía para estabilizar su cuadro, hoy presenta una evolución favorable dentro de un cuadro que sigue siendo de alto riesgo. A casi dos semanas de su internación, su estado general se mantiene estable, con respuesta neurológica y signos vitales firmes, los médicos confirmaron que puede respirar sola durante lapsos cada vez más prolongados. A su vez, se detalla que tiene períodos de respuesta motora y apertura ocular, tanto espontánea como a la orden, como en los días previos.

Sus hijos expresaron que el panorama fue muy difícil al principio, pero que en los últimos días se aferran a cada mejora como una señal de que su madre está peleando con la misma fuerza con la que subía al ring. Destacaron también que su estilo de vida saludable y su disciplina como deportista fueron claves para que su cuerpo pudiera resistir.
Aunque su situación aún requiere cuidados extremos, cada avance se vive como un triunfo. Su entorno la describe como una luchadora incansable, que aún desde una cama de terapia demuestra su carácter y fortaleza.