Durante un evento en Puerto Madero, el presidente Javier Milei volvió a polemizar al negar que los argentinos tengan dificultades económicas, y lanzó una frase que generó un fuerte rechazo: “Si fuera cierta, ustedes tendrían que caminar por la calle y estaría llena de cadáveres”.

La declaración se dio en el marco del cierre de una actividad organizada por la Fundación Faro. Allí, a oscuras y en tono desafiante, el mandatario minimizó las denuncias sobre el empobrecimiento generalizado y desestimó las preocupaciones por la caída del poder adquisitivo. “Ahora vienen a decir que no se llega a fin de mes… suena lindo para ponerse sensiblero, pero es una pelotudez”, dijo sin filtros.
Milei no sólo negó la crisis social, sino que también redobló la apuesta contra quienes cuestionan sus políticas: “Esa vida, los kukas y el periodismo no la conocen. Es un insulto a los que hacen un esfuerzo por la vía honesta”, disparó.
En paralelo, defendió nuevamente su veto al aumento de las jubilaciones y pensiones por discapacidad, aludiendo a que no había margen fiscal. Según él, el camino para “sacar adelante al país” tomará décadas: “No nos vamos a convertir en un país desarrollado de un momento a otro. El proceso puede tardar 30, 35 o 40 años”.
Lejos de moderar su estilo, el Presidente volvió a utilizar la provocación como forma de reafirmar su relato: una combinación de dureza, confrontación y la promesa de un futuro lejano, pero posible. Mientras tanto, los datos de inflación, pobreza y consumo siguen en tensión con su diagnóstico.